El 27 de junio comienza el Draft de la NBA y todos están expectantes respecto de qué pasará con un jugador en particular: Bronny James, base y escolta que jugó en la USC la temporada pasada e hijo de la leyenda LeBron James. El chico de 19 años ya no genera la expectativa de hace un año, antes de que sufriera un problema cardíaco, y las opiniones alrededor suyo son muy diversas. Algunas lo han hecho estallar.

Bronny tuvo una gran actuación en el Draft Combine y sorprendió por su efectividad en tiros de tres y su visión y lectura del juego. Fue uno de los que más llamó la atención, según especialistas, aunque otros aseguran que su baja estatura le jugará en contra y que sus chances en la NBA son escasas:

“Está en el lado de los más bajitos, por lo que tendrá que ser de élite en defensa. Se puede ver que tiene buena visión, hace los pases correctos y realiza buenos tiros. Pero necesitará más tiempo. Si los Lakers no lo seleccionan, no veo a nadie que lo elija en el Draft”, dijo un ojeador anónimo.

Otros ojeadores fueron aún menos condescendientes y dijeron que Bronny no está listo para la NBA. Llegaron a sostener que no tiene la altura ni el tiro para ser escolta, pero tampoco “puede conducir un ataque como base”. En un informe anónimo, una descripción acerca del hijo de LeBron James decía: “No, no es lo suficientemente bueno. Tal vez si volviera a la universidad por uno o dos años más. Pero ahora mismo no es un jugador de NBA. Ni siquiera está cerca de serlo”.

Bronny, que ha lidiado con presiones durante toda la temporada, luego de un bajo promedio de puntos y asistencias (4,8 y 2,1, respectivamente), no hizo oídos sordos a las críticas.

“Es lo más duro. Me llegan muchas críticas porque mi padre es uno de los grandes. Pero tengo que lidiar con ello, ya sabes. Pienso en todo lo que he pasado y sigo dando lo máximo para aprovechar las oportunidades que me dan”, dijo.

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Su presencia en la NBA no es un hecho, pero es cierto que tras el Draft Combine, sostienen algunos, sus chances aumentaron. Y él sigue afirmando que ese sería su sueño, mientras, se sabe, lo es el del padre: “Es lo que me hace feliz (...) Su mejor consejo (de LeBron) es que sea yo en este camino largo”.